
Hay quienes siguen a un piloto. Otros a una escudería. Pero hay un grupo de aficionados que no siguen a nadie, porque simplemente viven la Fórmula 1 desde un lugar más profundo: ese grupo son los alonsistas, y lo que sienten se llama alonsismo.
El alonsismo no es una moda pasajera ni un fenómeno de Twitter. Es una forma de entender la Fórmula 1, sí, pero también de vivir la vida. Es compromiso. Es nostalgia. Es emoción. Es, sobre todo, fe. Fe en que pase lo que pase, Fernando Alonso siempre peleará hasta el último metro.
- ¿De dónde nace el alonsismo?
- No es solo Fórmula 1: el alonsismo como forma de vida
- Cuando cada adelantamiento sabe a gloria
- ¿Qué significa ser alonsista hoy?
- El impacto emocional: orgullo, esperanza y lealtad
- De los memes a Montmeló: el alonsismo en la era digital
- La comunidad alonsista: entre la fe y la épica
- ¿Es Fernando Alonso el mejor piloto? La convicción del alonsismo
- El futuro del alonsismo: ¿legado o culto eterno?
- Conclusión: el fuego que no se apaga
¿De dónde nace el alonsismo?
Para entender el alonsismo hay que mirar más allá de los podios. Su origen no está en las estadísticas, sino en la fidelidad y la resistencia de quienes lo siguen. No es un fenómeno ligado solo al éxito, sino a una actitud.
Más allá de los títulos: el origen en la adversidad
Podríamos decir que el alonsismo nació en 2005, cuando Alonso se convirtió en el primer campeón del mundo español. O en 2006, al revalidar el título ante Schumacher. Pero eso sería simplificar demasiado. El verdadero alonsismo no nace con los trofeos, sino en los momentos donde no los hay.
El alonsismo nace en la frustración de un coche que no está a la altura, pero aun así ves a Fernando exprimirlo vuelta tras vuelta. Nace cuando, en plena época oscura de McLaren-Honda, cada adelantamiento era celebrado como si fuera una pole.
El grito del “sí se puede” como punto de partida
«¡Sí se puede!», gritábamos mientras el coche se deshacía en plena recta. Y aun así, él seguía. El alonsismo se forjó en esa persistencia obstinada, en esa forma casi épica de luchar. No es solo ser fan: es seguir creyendo cuando nadie más lo hace.
Como dije: “El alonsismo nació cuando, incluso con coches mediocres, seguíamos ahí”.
No es solo Fórmula 1: el alonsismo como forma de vida
Hay una forma muy concreta de vivir la Fórmula 1 que es única del alonsismo. No es esperar la victoria; es disfrutar del esfuerzo, del intento, de la pelea
Cuando cada adelantamiento sabe a gloria
Un alonsista no necesita que Alonso gane para emocionarse. Basta con verlo luchar. Basta un gesto, un intento de adelantamiento en una curva imposible, una defensa a muerte aunque sepa que lo pasarán en la recta.
“El alonsismo no es solo seguir a Fernando Alonso. Es una forma de ver la Fórmula 1… y la vida.”
Una actitud que trasciende el deporte
El alonsismo no solo se nota en los circuitos. También está en cómo afrontamos las dificultades. Significa darlo todo aunque el mundo diga que no vale la pena. Significa creer en el trabajo, la constancia y la pasión.
¿Qué significa ser alonsista hoy?
A lo largo de los años, el alonsismo ha evolucionado, pero su esencia se mantiene intacta: seguir creyendo incluso cuando nadie más lo hace.
Entre la nostalgia y la convicción
Ser alonsista es vivir entre la memoria de los años gloriosos y la convicción de que aún hay mucho por ver. Es tener grabado en la retina el Renault azul, pero emocionarse igual con el Aston Martin verde.
“Es ese orgullo casi inexplicable cuando ves a Alonso en el podio, o simplemente cruzando la línea con un ‘¡Vamos!’ aunque haya quedado octavo. Porque sabes que lo ha dado todo. Siempre.”
De 2001 a Drive to Survive: generaciones alonsistas
Los hay que lo vieron debutar en 2001. Otros lo conocieron por Drive to Survive. Y algunos más ni siquiera siguen la F1, pero saben quién es Fernando Alonso.
El impacto emocional: orgullo, esperanza y lealtad
No hay alonsismo sin emoción. Cada carrera puede ser un sufrimiento o una gloria. Pero siempre deja algo. Siempre.
El valor de pelear con lo que tienes
Apoyar a alguien que sigue luchando incluso sin opciones reales de ganar es un acto de admiración. Ese es el núcleo del alonsismo: valorar la lucha más que el resultado.
“Yo creo que el alonsismo es un sentimiento. Una mezcla de admiración, nostalgia, esperanza y orgullo. Es ese fuego que no se apaga.”
Ese podio que se celebra como una victoria mundial
Cuando Alonso subió al podio con Aston Martin en 2023, el alonsismo explotó. ¿Por qué tanto alboroto por un tercer puesto? Porque ese podio no era solo una copa, era una victoria del tiempo, del esfuerzo, de la fe.
De los memes a Montmeló: el alonsismo en la era digital
Hoy el alonsismo tiene también una dimensión viral y digital, que ha ayudado a mantenerlo vivo, renovado y más divertido que nunca.
El fenómeno en redes sociales
Las redes sociales se han convertido en territorio alonsista. Edits épicos, debates encendidos, memes brillantes… Es un fandom activo y creativo.
“Muchos lo ven como un fenómeno de Twitter o TikTok, y es verdad que ahí ha explotado: memes, vídeos, edits, debates infinitos…”
El ritual de los domingos de Gran Premio
Y sí, el ritual sigue. A las 15:00 no se habla, no se mueve nada, no se respira casi. Es Alonso. Es la salida. Es el ritual.
“El alonsismo está en las casas donde el domingo se para el reloj a las 15:00 para ver la salida.”
La comunidad alonsista: entre la fe y la épica
Ser alonsista es pertenecer a algo. A una comunidad de locos cuerdos, de creyentes racionales. De gente que se ilusiona una y otra vez.
Comprando la gorra verde: símbolos de lealtad
No es solo ver carreras. Es llevar la gorra. Es pegar la pegatina del 14. Es vivir con orgullo la pasión.
“Está en los que compran una gorra verde porque ‘hay que apoyar al Nano’.”
600 km por ver al Nano: devoción absoluta
Y luego están los que lo llevan más allá: los que cruzan medio país para ir a Montmeló, los que esperan en aeropuertos para verlo cinco segundos.
“En los que se hacen 600 km para ir a Montmeló. En los que defienden con pasión, casi con rabia, que Alonso sigue siendo uno de los mejores pilotos de la parrilla, tenga el coche que tenga.”
¿Es Fernando Alonso el mejor piloto? La convicción del alonsismo
Aquí no hay dudas. Ser alonsista es creer que Alonso no ha tenido el coche, pero sí el talento para haber ganado mucho más.
Más allá del coche: talento y garra
No se trata solo de palmarés, sino de lo que hace con lo que tiene. De cómo entiende las carreras, cómo defiende, cómo gestiona. Es agresivo, es listo, es inquebrantable.
Defender a Alonso es parte del ADN alonsista. Discutir con datos, con pasión, con argumentos, con memes incluso. Porque no es solo un número: es el 14, es Fernando.
El futuro del alonsismo: ¿legado o culto eterno?
¿Qué pasará cuando Alonso se retire? ¿Morirá el alonsismo? Nada más lejos.
¿Puede morir un sentimiento así?
El día que Alonso se retire, el alonsismo no desaparecerá. Se transformará. Se convertirá en leyenda. En mito. Seguirá vivo en quienes crecieron viéndolo luchar.
Quedará una forma de ver la vida. Quedará una generación que aprendió que se puede dar todo incluso sin garantías de éxito. Y eso, amigos, no se olvida nunca.
Conclusión: el fuego que no se apaga
Puede que muchos no entiendan qué es el alonsismo. Puede que crean que exageramos, que lo idealizamos. Pero para nosotros, no es solo Fernando Alonso. Es lo que representa: la lucha, la pasión, la persistencia, la fe.
“El alonsismo es un sentimiento. Una mezcla de admiración, nostalgia, esperanza y orgullo.”
Y eso no se apaga. Ni con el tiempo. Ni con la retirada. Porque si hay algo que Alonso nos ha enseñado es que siempre vale la pena seguir luchando.